Profesional

SATSE Navarra: “Salud traiciona y chantajea a la enfermería”

La organización denuncia la actitud inaceptable de la Gerencia, la Dirección de Salud y la Dirección de Profesionales en las negociaciones y decisiones que afectan directamente a las condiciones laborales, económicas y profesionales de la enfermería y la fisioterapia.
manifestación de SATSE respeto a las enfermeras

Desde abril del 2023, momento que se firmó el Preacuerdo de Mejoras para Enfermería y Fisioterapia entre SATSE y la anterior cúpula de Salud, han pasado 20 meses en los que la administración ha tenido tiempo suficiente para hacer valer su rúbrica, poner en marcha y cumplir la batería de medidas comprometidas. Tiempo para planificar las partidas presupuestarias necesarias para que las y los profesionales vieran, de una vez, reconocidas sus reivindicaciones y el fin a algunos de los numerosos agravios comparativos que sufren las enfermeras y fisioterapeutas.  

Reivindicaciones históricas como el reconocimiento del solape, la actualización de complementos anacrónicos como el de capitación y dispersión en Atención Primaria, la creación de plazas de enfermeras especialistas, medidas contra la sobrecarga laboral, como ratios adecuadas de enfermera/paciente en todos los servicios, o como la integración de las agendas enfermeras dentro de la autonomía de gestión o la revisión de motivos de citación en su agenda, la valoración de enfermería y fisioterapia en los puestos de difícil cobertura, etc.  

Una batería de medidas que no sólo no se han ejecutado, sino que se han utilizado por las direcciones para intentar malear, engañar y chantajear al Sindicato de Enfermería, a las profesionales a las que representa y a todas aquellas personas que han formado parte de los improductivos grupos de trabajo planteados para estirar al máximo posible la ejecución.  

SATSE se ha mostrado paciente y dialogante, dando la oportunidad estos meses y confiando en la palabra de la nueva directiva, que argüía en diferentes reuniones que estaban trabajando en la forma de ejecutar los acuerdos dentro las dificultades presupuestarias.  

Sin embargo, tras las continuas presiones del Sindicato sobre medidas fundamentales y fácilmente aplicables, como la compensación por el solape (tiempo dedicado a la transmisión de información de pacientes entre turnos y fuera ya de la jornada laboral), o la actualización de la Capitación (cuantía en función del número de pacientes que lleva una enfermera) y la Dispersión (compensación por los desplazamientos en la atención domiciliaria), la administración ha virado su estrategia pasando de una fingida actitud voluntariosa a una falta de respecto directa, negando la mayoría de las reivindicaciones de las enfermeras, jactándose y ninguneando los derechos que sus antecesores habían reconocido.  

SATSE considera prácticamente muertas las vías de negociación con la última actuación del director de Profesionales, Nacho Iriarte, en la última mesa sectorial, vinculando un incremento de céntimos de estos complementos con la reducción de la contratación enfermera.

Un chantaje impropio de gestores serios, que no ponen en valor la profesión enfermera, el cuidado a los pacientes, fomentando sobrecargas laborales, a sabiendas de que han tenido oportunidad, y manifiestamente no han querido, de dedicar partidas presupuestarias a estas reivindicaciones.  

Como bien han manifestado en los distintos foros, las prioridades de esta Consejería y sus direcciones están centradas en otras demandas, respetables sin duda, como la ejecución de la Carrera Profesional para niveles C y D. Sin embargo, es de obligada mención la manera sibilina con la que van a otorgar partida presupuestaria a esta medida y que va a tener un impacto directo en la Carrera Profesional del nivel B, dado que van a endurecer los criterios para la consecución de objetivos, disminuyendo el valor de la formación, cuya consecuencia será una merma en la cuantía actual a dificultar el logro total de los criterios, a la par que reducen las exigencias en los niveles inferiores, dando mayor valor únicamente al tiempo trabajado.  

Las grandes reivindicaciones de las enfermeras, ignoradas 

A todo ello, SATSE suma la nula voluntad de este Ejecutivo para defender activamente las profesiones de Enfermería y de Fisioterapia en las grandes demandas de las profesionales. Ni muestra interés por adaptar la normativa foral a los Acuerdos de Bolonia, considerando estas profesiones como diplomadas (nivel B) en el acceso a la Función Pública de Navarra, cuando hace 17 años que estas profesiones son un Grado como cualquier otro de 240 créditos y deben pertenecer al Grupo A, como el resto de los títulos universitarios.  

Tampoco ha existido voluntad alguna de este Gobierno, ni de la inmensa mayoría de grupos parlamentarios, para presionar hacia instancias superiores para lograr un derecho evidente como es la Jubilación Anticipada Voluntaria, una deuda con las profesionales cuya vida laboral está cargada de penosidad, peligrosidad y riesgos derivados de años de trabajo a turnos y nocturnidad.  

SATSE ha evidenciado, además, la manifiesta deslealtad con las Especialidades de Enfermería, la incongruencia de las declaraciones sobre la importancia del papel de la enfermería, el cambio de modelo sanitario, el desarrollo de todas sus competencias, la necesidad de apostar por todos los perfiles y especialidades, etc.,  para que, a la hora de la verdad, las enfermeras que se forman y especializan en Navarra deben abandonar la comunidad porque no hay plazas para ellas.  

En definitiva, un Gobierno, un ejecutivo, un elenco político que se tilda de progresista, feminista, defensor de los derechos y las igualdades y que, como viene demostrando desde hace años, acaba ignorado al colectivo más numeroso del sistema sanitario de Navarra, donde la inmensa mayoría son mujeres que comprueban cómo, para los de siempre, siguen siendo “la ayudante de", fomentando el agravio y el estereotipo al no apostar claramente por el reconocimiento absoluto de sus competencias,  derechos y condiciones laborales y profesionales.  

SATSE anuncia un 2025 marcado por movilizaciones que demostrarán el poder y la unidad de estos colectivos. Profesiones que siempre han priorizado el cuidado del paciente por encima de sus propias necesidades exigen hechos concretos, no palabras vacías.

Este es un ultimátum: o se respeta a la enfermería, o se enfrentarán a su determinación inquebrantable.