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Casi 150 camas menos en los hospitales navarros durante este verano

Los hospitales de Navarra contarán este verano con casi 150 camas menos en funcionamiento por el cierre que un año más han previsto la Consejería de Salud aprovechando el periodo estival. 
enfermera pasillo vacío

Los hospitales de Navarra contarán este verano con casi 150 camas menos en funcionamiento por el cierre que un año más han previsto la Consejería de Salud aprovechando el periodo estival. 

Evolución de cierre en los últimos 5 años

Una vez superada la pandemia del Covid-19, la tendencia es ascendente ya que en:

  • 2020 fueron 112 camas las cerradas:
  • 2021: 93 camas
  • 2022: 100 camas
  • 2023: 108 camas
  • 2024: 149 camas

La tendencia es alcista, no llega a las cifras de antes de pandemia, pero entre el 23 y 24 hay más de un 50% de incremento en el cierre. 

El cierre programado y progresivo de camas disponibles para el conjunto es la población es una práctica habitual de todas las administraciones sanitarias en los meses de verano, al igual que la suspensión de cientos de consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en todos los hospitales y otros centros sanitarios públicos, recuerda.

Cierres por centros

  • El Hospital Universitario de Navarra cierra 86 camas
  • Hospital Reina Sofía de Tudela cierra 25 camas
  • Hospital García Orcoyen cierra 8 camas
  • Hospitalización a domicilio cierra 30 camas

Personal insuficiente

Por otro lado, el Sindicato subraya que, un año más, la administración pública no ha cubierto el total de las vacantes por periodo vacacional, bajas por enfermedad y otro tipo de situaciones que requerirían sustituir al personal, lo que conlleva un aumento de la sobrecarga laboral para las enfermeras que trabajan los meses de verano.

El porcentaje de personal que no se sustituye llegará hasta el 20-30 por ciento en el caso de algunos servicios. Una realidad que repercute negativamente en la atención a las personas y también en la salud de los profesionales, añade. 

Los porcentajes de sustitución del personal no son datos absolutos, pues se ven “maquillados” precisamente por ese cierre de camas y servicios, que en realidad tiene como objetivo ahorrarse sustituciones moviendo al personal de un servicio a otro. 

SATSE ha solicitado el porcentaje especificado de contratos que no se cubren respecto a la plantilla habitual del resto del año, pero es una cifra que la administración no ha querido dar. Sólo han ofrecido el total de cubierto respecto a la contratación que ofrecen, siendo obvio, ese dato no responde al solicitado. 
 
El argumentario oficial es el  habitual en estas fechas, según dicen, contratan todo lo posible para no denegar vacaciones, pero, en opinión de SATSE, si la gestión fuera a largo plazo y planificada, no debería disminuir ningún servicio, ni cerrarse camas, ni reducir horarios de centros de salud. 
 
Ofreciendo condiciones de trabajo más competitivas, contaríamos con profesionales suficientes como para cubrir todos los servicios sin reducirlos (sin cierre de camas, disminución de horarios, etc), con el consecuente impacto que va a tener: retraso de consultas, revisiones, cirugías menos urgentes, etc. 
 
Por otro lado, pese a que no se deniegan vacaciones, a Enfermería llevan mucho tiempo denegando permisos no retribuidos para temas personales como la conciliación familiar. Permisos a los que tienen derecho, pero cuya concesión está condicionada a “necesidades del servicio”. 
Un argumento que ya es constante y que deja entrever que las plantillas de enfermería están, por defecto, muy ajustadas. 

Más esperas y peor atención

SATSE advierte que el cierre de camas y la suspensión de consultas, pruebas e intervenciones quirúrgicas tiene una incidencia directa en el incremento de las listas de espera de los últimos años. Al respecto, afirma que podría aprovecharse el periodo estival para reducir las listas de espera, pero, por contra, se retrasa aún más el tiempo que deberán esperar las personas.